sábado, 1 de marzo de 2014



Hay veces que respirar duele, como si hasta eso nos costase un esfuerzo. Y no sabemos si junto al frío son los síntomas de sentirnos vacíos.
Y digo síntomas, sí, porque es una enfermedad que acaba con nosotros, que anula todos nuestros sentidos para que lo único en lo que seamos capaces de pensar sea en que nos sentimos solos. Y es una emoción tan real, que nos la creemos, y es entonces cuando o rompemos el silencio con un llanto achacoso o en peor caso, algo se rompe muy dentro.
Y joder, es que se nos oscurece hasta el mundo, como si ese momento fuese a marcar un antes y un después, porque claro, en el túnel que nos ha tocado no se le ha ocurrido poner unas bombillas o una salida de emergencia al capullo de turno. No, vamos a tener que hacer todo el puñetero caminito hasta que podamos ver la luz y respirar tranquilos. Convertimos momentos en nuestro apocalipsis personificado, único y exclusivo para los que nos dejamos llevar demasiado por esos sentimientos desgarradores y lacerantes. Es decir, para los dramáticos, melancólicos y sensibleros. Los que pensamos que la vida es más bonita sintiendo todo al máximo aunque nos desborden las emociones hasta asfixiarnos.
Pero estaremos todos de acuerdo en que hay dolores profundos, ¿no?, de los que nos calan hasta los huesos como si llevásemos días expuesto bajo la lluvia... Aunque es fácil de entender, ya que, ¿en cuántos problemas nos habremos ahogado?
No, mejor no hagamos recuento, porque mirar al pasado y ver todo lo que hemos perdido es solo un aliado más del cabrón del vacío.
Los recuerdos. No se merecen un nombre tan bonito cuando muchos de ellos se nos clavan como dagas, cuando duelen como la traición de quienes los conforman. Pensadlo bien, muchas veces son armas letales para nuestra confianza, ya que no sé vosotros, pero yo miro al pasado y la inseguridad tarda poco en asentarme un derechazo en las costillas.
¿Lo peor de todo? que tú eres tus recuerdos, al igual que él, al igual que yo. Somos lo vivido. Todas esas personas que te criticaron, te dieron la espalda, o quién sabe, se ganaron tu odio, han contribuido a que seas quién eres hoy, y aquí viene el gran dilema... ¿Deberías sentirte agradecido por ello?
"A los que fueron unos cabrones conmigo, gracias. Gracias por ayudarme a saber a quién tengo que tener cuenta, por demostrarme qué clase de personas merecen la pena y por enseñarme, aunque a base de hostias, que tengo la suficiente fortaleza como para seguir adelante sin que me importéis una mierda."
Sí, como habéis podido leer yo soy así de cínica, pero ahora ya sabéis por qué, son los recuerdos, ellos me aleccionan.

10 comentarios:

  1. Nunca pensé que nadie pudiera darle una forma así a un grito de auxilio, de frustración. Pero lo has conseguido, has vuelto a impresionarme.
    Y el párrafo entre comillas es tan tan. Y toda la entrada lleva escrita la palabra tristeza, la desesperación de explotar cuandoo has aguantado todo.
    Que joder, Laura. Las cosas que expresan rabia y lágrimas no deberían ser tan bonitas.
    Greeny

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    1. Ay, Greeny... Te lo dije, te lo he dicho, te lo vuelvo a decir y te lo diré, vivo enamorada de tus comentarios. Para que luego dudes en si escribes bonito, a pesar de que toda tú lo eres.
      Muchas gracias, de corazón.
      Abrazo, uno muy fuerte.

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  2. Creo que sobra decir que me siento más que identificada con cada una de las palabras que escribes. Has descrito con tantísimo detalle como me siento, que asusta.
    Sigue, por favor. Jamás dejes de escribir, te lo suplico.
    Eres adorable Alibi.

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    1. Muchas gracias, Izzy, no tengo intención de dejar de escribir y mucho menos si me lo pides.
      Si yo soy adorable, entonces tú puro amor, aunque todos anden ciegos por la vida y no se den cuenta.
      Un abrazo :')

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  3. ¿Sabes Laura? Yo creo que mientras vivimos cavamos (sin querer) la profundidad de nuestros túneles. Y yo que soy muy fans de las metáforas me ha encantado esta entrada, como todo lo que escribes con ese toque melancólico tuyo.
    Y bueno los recuerdos como has dicho somos nosotros por eso seria imposible vivir sin ellos. Mi madre siempre me dice que recordamos mucho mas los momentos malos que los buenos y yo me he dado cuenta con el paso de los años que es verdad. ¿Pero porque solo sabemos vivir la vida pensando en lo malo que nos va o nos ha ocurrido?
    No se como lo haces pero cada vez me gustas más.
    Y si, que le den por culo a todos los idiotas que no han sabido valorarnos.
    Pues eso Laura, que sepas que si alguna vez puedo poner alguna bombilla en tu túnel para hacerte mejor el viaje, no lo dudes que la pondré.

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    1. Jo, Marta, muchísimas gracias.
      Tu madre tiene razón, supongo que es lo malo lo que siempre nos marca más, por eso es lo más nos define.
      Y como te dije, lo que hago es escribir sintiendo, no recuerdo qué, pero si no siento nada no soy capaz de escribir, por eso te repito, que tiene más mérito lo tuyo.
      Y tú siempre pones bombillas, lo sabes.
      Gracias, gracias, gracias.
      ¡Un abrazo fortísimo!

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  4. Creo que muchas, muchísimas nos sentimos identificadas con esto. El rasgo de profundidad mezclado con todo el sentimiento que le pones a cada una de las frases ha hecho que me enrede en tu escritura, no vale la pena mencionar que me ha encantado ya que te lo he dejado claro. Besos<3

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    1. Muchísimas gracias, Effie, de verdad.
      Siempre me hace ilusión que me lean personas nuevas para mí, y más cuando escriben comentarios tan, tan bonitos.
      Un abrazo muy fuerte.
      Gracias, de nuevo.

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  5. Re-guapa me tienes enamorá con tus textos...
    Sigue así por que aiss... ¡te como!

    Prometo no volver a desaparecer...
    ¡Muchos besos Lau! :*

    Paula.

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    1. ¡Muchas gracias, Paula! Me alegro de que te haya gustado.
      Un beso :')

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