domingo, 4 de diciembre de 2016

#Miedos



Tengo miedo.
Tengo miedo a los cambios, a las nuevas emociones, a no saber poner nombre a lo que vivo y vivir sin saber qué hacer. 
Tengo miedo a jugarme esta mano cuando desde dentro me grito que apostarlo todo a nada es otra forma de perder(me). 
Que sí, que tengo miedo a abrirme, a que me conozcan, a desilusionar, a decepcionar y a la decepción.
Tengo miedo a cerrar los ojos porque no me acostumbro a la oscuridad, ni aunque sea la única que me abrace por las noches. Tengo miedo a darme cuenta de que es demasiado tarde y de que he dejado pasar el puto metafórico tren con el que tanto nos machacan de niños. Tengo miedo a los altibajos, a la inestabilidad y a la indecisión, y eso que la inseguridad es mi alter ego, mi otro yo.
Tengo miedo a que me engañes, a no entenderte, a que me hagas daño y a no poder seguir escribiendo porque solo por haberte hecho un hueco en mi vida me he quedado en blanco.
Y dime cómo voy a poner en orden mis ideas si la lógica dijo que se iba de paseo y a día de hoy sigo esperándola en casa.
Y dime tú cómo convivo con estas sensaciones a las que no se poner nombre cuando siempre he sido la primera en bautizar a los sentimientos en cuanto entraban en mi vida.
Dime tú cómo voy a dar el paso si nunca me he visto en tirolinas tan altas y el arnés no me aprieta lo suficiente como para poder lanzarme al vacío.
Dime cómo desatarme los miedos que me anclan los pies si son la única garantía de no desplomarme contra el suelo en el caso de que me atreva a saltar.
En serio, dime tú cómo avanzo en una historia que no sé si ha empezado o acaba de terminar. 
No estoy preparada para escuchar un no por respuesta. Ni siquiera sé si estoy preparada para recibir un sí. 
Solo sé que tengo miedo al equívoco y a la equivocación, a la ambigüedad y a la confusión. Tengo miedo a estar aquí sola, viendo como la vida pasa por no ser lo suficiente valiente de tomar el control.
Pero dime tú lo de siempre, dime que los miedos están para enfrentarlos, dime algo que no sepa ya, dime algún consejo que no haya dado yo antes, dime que puedo con la oscuridad, con los demonios, y con todo lo que se me ponga por delante al igual que hicieron muchos antes de ti, que ya no están en mi vida.
Dime tú qué haces con tus miedos cada día, porque tal vez solo así pueda hacerles yo frente a los míos.

1 comentario:

  1. Hacia delante. Sin brújula, sin camino, sin luz. Siempre.

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