viernes, 13 de diciembre de 2013

Puntos de existencia.

"Una vida –cualquiera– se resume en una serie de acontecimientos especiales, de puntos y aparte. Puntos que, por más tiempo que transcurra, permanecen intactos en la memoria, remanentes hasta el mismo día en que nos alcanza la muerte.
Si deseamos que aparezcan, basta con pararse a pensar en todo lo que uno ha hecho durante su vida (o en lo que no ha hecho) y la sucesión de esas imágenes, difusas en la mente, son el unir los puntos de nuestra existencia."
-Eloy Moreno.

Si tuviese que descubrir los puntos de mi vida estoy segura de que aparecería Mecano y Amaral sonando desde aquel reproductor enorme de música, mi madre haciendo los coros de fondo y yo entretenida construyendo castillos de naipes sobre la alfombra.
La Ratita presumida, los Tres cerditos y el Zorro y la cigüeña como mis cuentos preferidos en el altar de mi librería. 
Los dibujos animados por las mañanas enfrentando el sueño conmigo y las mochilas del cole que apenas pesaban. El intercambio de pegatinas en el autobús y ver el mundo moverse tras la ventana. 
La primera lagartija que atrapé entre mis manos y la última que se escapó entre los dedos. 
La primera pesadilla y el primer miedo, la oscuridad en el primer llanto a solas que ya ni siquiera recuerdo. El sonido del saxofón de Kenny G para conseguir dormir. El más profundo de los silencios.
La descripción que hice sobre mi abuela meses después de habernos dejado. Los dibujos en los que era capaz de crear mundos con cuatro paralelas y tres triángulos. 
La sensación de éxito tras discutir y conseguir la razón. La decepción tras discutir y haber perdido más que ganado. Descubrir el poder de las palabras como regalo y como arma. Abandonar la inocencia con los Reyes Magos.

Tal vez se trate de eso, de mirar la vida algún día desde el recuerdo y de mientras jugar, creer, confiar, sentir, vivir mientras unimos nuestros puntos sin siquiera saberlo.


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